El poblado Torre d’en Galmés está situado en el término municipal de Alaior y es una de las principales joyas de la cultura talayótica que se conserva en Menorca y una visita imprescindible para quienes recalen en la isla.
Es el asentamiento más grande de toda Menorca, con una extensión superior a los 66.000 metros cuadrados y conserva una gran diversidad de construcciones de gran calidad. Junto con Torralba d’en Salort, este es el mejor lugar para profundizar en la cultura talayótica.
Poblado Talayótico Torre d’en Galmés
El asentamiento de Torre d’en Galmés estaba emplazado en una extraordinaria posición estratégica, ya que domina lo alto de una colina desde la que se divisa una buena parte de la costa sur menorquina; en días claros y despejados incluso se alcanza a ver el perfil de la vecina isla de Mallorca.
Eso da idea de la importancia de este asentamiento que seguramente debía tener una posición preponderante frente a otros de la isla.
Cronológicamente, el poblado perduró desde una fecha aproximada al 1700 a. C. hasta el siglo XII de nuestra era, ya que se han encontrado restos de carácter islámico. Su periodo de máximo esplendor debió de ser durante la conocida como época talayótica, llegando a vivir en él cerca de 1.000 personas, aunque no fue abandonado totalmente hasta el periodo medieval.
El complejo tiene su propio centro de interpretación, que es muy recomendable visitar antes de conocer el poblado, sobre todo por su interesante material audiovisual.
Mediante estos videos se puede entender cómo era esta cultura prehistórica y se puede ver una reconstrucción virtual del poblado, así como paneles informativos y reproducciones de material arqueológico recuperado en las excavaciones (el original se encuentra en el Museo de Menorca, en Mahón).
En la parte más elevada se encuentran los espacios públicos y allí fueron edificados tres talayots y un recinto de taula. En esta zona debieron realizarse grandes concentraciones de gente, para llevar a cabo ceremonias y celebraciones. Los talayots son anteriores en el tiempo, de cerca de un milenio antes de nuestra era, mientras que la taula corresponde al periodo postalayótico.
Situado hacia el este, en uno de estos talayots solo se distingue su parte superior, mostrando una planta circular. El más grande está ubicado en el centro y está adosado al tercero de estos talayots (orientación oeste), que tiene planta ovalada y perfil troncocónico.
La entrada al recinto de taula es fácil, porque ya se han llevado a cabo diversas excavaciones arqueológicas. Tiene planta en forma de herradura y la fachada era cóncava. Quedan restos de las hiladas que debieron formar el muro, conservando ocho pilastras encajadas en el mismo.
La taula está derrumbada por el paso del tiempo y su piedra capitel fue utilizada como tumba en época romana o medieval, siendo excavado para ello un agujero alargado en la roca.
De acuerdo con los restos conservados la que fue piedra soporte de la “T” tiene actualmente una longitud de 1,95 metros y una anchura entre 15,0 – 1,60 metros (grosor de 40 centímetros). Por su parte, la piedra capitel tiene una longitud entre 2,32 – 2,50 metros y una anchura entre 1,18 – 1,25 metros (grosor de 65 centímetros).
Junto al recinto de taula hay un círculo de vivienda muy singular, pues está construido a modo de terraza de una cueva. Por su posición privilegiada se entiende que debió pertenecer a gente de importancia dentro de ese colectivo.
El poblado se extiende hacia la vertiente sur de la colina, donde se localizan los hogares privados de los habitantes del asentamiento. Después de las últimas excavaciones se han podido documentar al menos 27 estructuras correspondientes a viviendas.
Estas moradas privadas eran circulares, con paredes radiales que formaban las habitaciones y convergían en un patio central en donde se encontraba el depósito de agua, excavado en el subsuelo.
Se puede observar en algunos casos la presencia de una sala hipóstila adosada en un lateral, una estancia techada con losas de piedras sustentadas por columnas que son más anchas por arriba que por abajo. Se le supone un uso de almacén o despensa.
Es el caso de la conocida como “sala hipóstila Flaquer”, que mantiene más de la mitad de su estructura original basada en columnas monolíticas y un techo de grandes lajas planas apoyadas en las mismas.
El conjunto del poblado de Torre d’en Galmés debió estar amurallado con una pared a la que se conectaban las casas. En la parte baja del poblado se identifica la puerta de una primera línea de muralla, que correspondería con la barrera más antigua.
Al ir creciendo el poblado se construyen casas nuevas que van formando una segunda línea de muralla al formar parte de su pared exterior.
La casa más monumental es la conocida como “Círculo Cartailhac”, que se cree originaria del siglo II a. C. Tiene un ancho portal de acceso y conserva aún una de las losas del dintel.
Sus dimensiones son de 145 metros cuadrados de superficie y cuenta con todos los elementos anexos que caracterizan este tipo de viviendas como recinto cubierto, patio con pasillo de acceso cubierto u horno. También tiene adosada su propia sala hipóstila.
En el sector sur el poblado también disponía de un sistema de recogida de agua de lluvia formado por depósitos de diferentes dimensiones excavados en la roca y unidos con pequeños canales que conducían a una cueva.
Además de almacenar el agua de lluvia el sistema servía para filtrarla por decantación entre las sucesivas cisternas, ya que estos agujeros tendrían piedras para retener el barro y otras impurezas. La cueva servía de aljibe, modificada para hacer esa función desde una anterior de enterramiento.
Dentro del recinto del poblado de Torre d’en Galmés también hay una serie de hipogeos, cuevas artificiales o naturales retocadas por el hombre que tienen originariamente una función funeraria.
Durante las excavaciones arqueológicas de 1974 se hizo un asombroso descubrimiento, una figura egipcia del dios Imhotep, que se encuentra depositada en el Museo de Menorca junto con otros objetos rituales del recinto de taula. Además, se han recogido diferentes tipos de cerámica prehistórica, romana, ibérica e islámica y un conjunto de monedas del siglo I d. C.
Cómo llegar a Torre d’en Galmés
El poblado Torre d’en Galmés se encuentra a poco más de 5 kilómetros al sur de Alaior. Para llegar desde esta localidad habrá que coger la carretera hacia Son Bou. Si se viene desde la carretera general que comunica Ciudadela con Mahón no será necesario entrar en Alaior, puesto que hay una salida anterior con una indicación para coger el camino hacia Son Bou.
Recorriendo 3,5 kilómetros en esa dirección se encuentra el Camí de Torre d’en Galmés, que después de un par de kilómetros conduce a la entrada del poblado.
El poblado también es accesible desde el famoso Camí de Cavalls, un camino que rodea toda la isla por su costa. En este caso, se trata del tramo 16 del camino (Son Bou – Cala en Porter).
La distancia entre el yacimiento y el centro de interpretación es de unos 500 metros. Incluso se puede hacer este recorrido en coche, ya que ambos lugares tienen su propio aparcamiento habilitado.
Visita, Precios y horarios en Torre d’en Galmés
Horario
- Lunes: Entrada gratuita (sin servicio de información)
- De martes a domingo: de 10:00 a 14:00 horas.
- Teléfono: 971 15 78 00
Precio:
- Adultos: 3 euros
- Estudiantes, niños de 8 a 15 años y mayores de 65 años: 1,80 euros
- Menores de 8 años: Gratis
- De noviembre a Semana Santa: entrada gratuita.
Dirección
Carretera San Bou, s/n, 07730, Balearic Islands
Lugares de interés cercanos
- Cala en Porter (3.8 Km)
- Playa de Son Bou (4.1 Km)
- Cova d’en Xoroi (4.4 Km)
- Torralba d’en Salord (4.4 Km)
- Playa de Santo Tomás (7.1 Km)
Fotos: shutterstock